El cambio climático anticipa el espectáculo natural más esperado de la primavera y agrava el riesgo de mortalidad de las abejas.
El almendro es uno de los primeros frutales en florecer, acontecimiento que cada invierno sucede antes en el calendario. Por eso este árbol se ha convertido desde hace décadas en un indicador del cambio climático que pone en alerta a los expertos.
Provocada por inviernos cada vez más cálidos, su explosión floral se está adelantando hasta un mes de su tiempo normal y esto conlleva una producción de peor calidad, cuando no la completa pérdida de la cosecha. Con un peligro añadido para sus polinizadores las abejas que, obligadas a interrumpir su descanso invernal, sufren agotamiento por la sobre explotación.
Como el perfecto renacer primaveral, en la Finca Chirlata se esperaba que la floración de los almendros llegase a su apogeo a finales de marzo, dadas las diferentes variedades del fruto, incluyendo algunas tardías como Guara, Marta, Antoñeta, Ferragne o Constanti. Pero desde hace años los árboles han ido adelantando esta etapa, alcanzando en 2022 su floración más prematura: una quincena.

En el lenguaje popular, el dicho “ya florece el almendro y anuncio es de buen tiempo” pronostica temperaturas cálidas que ayuden a germinar el fruto una vez caídos los pétalos. Sin embargo, el cambio climático está provocando anormales días de invierno con 20ºC y peligrosos descensos de la temperatura en las primeras semanas de primavera. La prunus dulcis es capaz de resistir hasta los -5ºC pero aguanta muy mal las heladas, porque puede vegetar pero sin producir fruto.
En Almendras Chirlata la floración es una fase muy esperada. Cuando asoman las primeras flores se pone en marcha el cronómetro y en poco más de una semana pasan de estar hermosamente rellenas de blanco y rosa a perder sus pétalos.
La alegría es tan efímera como el acontecimiento en sí, dando paso al temor por la lluvia tardía, el frío y la nieve que pueden arruinar por completo la cosecha.

Abejas exhaustas
Los árboles no son los únicos que sufren. El cambio climático también amenaza a las abejas, de las que el almendro depende en un 90% para su polinización.
Cada año, la Finca Chirlata recibe como huéspedes 40 colmenas que mima y cuida con la vista puesta en los informes agro-fenológicos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Estos insectos luchan contra la extinción provocada por la falta de alimento que ocasiona la sequía y el calentamiento global, por el polen envenenado por los plaguicidas y los pesticidas utilizados en la mayoría de cultivos, y también por la sobre explotación.
La función de las abejas es un servicio gratuito del que el ser humano abusa sin piedad. En concreto, la polinización del almendro es particularmente agotadora porque, por un lado, obliga a este insecto a interrumpir su descanso invernal meses antes de lo esperado para atender a las floraciones tempranas. Por otro lado, el auge repentino de productos “más sostenibles” en el mercado, como la leche de almendra, altera su ritmo natural de producción.

Organizaciones internacionales en defensa de los animales llevan años alertando de la amenaza que pesa sobre las abejas, denunciando las prácticas irresponsables y poco éticas del sector agroalimentario, y alentando a reducir los peligros para estos polinizadores empezando por utilizar métodos no invasivos y verdaderamente sostenibles en los cultivos.
Almendras Chirlata, etiqueta ecológica
La sostenibilidad es la raíz de la empresa familiar Chirlata. El cultivo del almendro se hace siguiendo un modelo de agricultura tradicional, utilizando solo abonos naturales, sin pesticidas ni plaguicidas, con riego por goteo de un acuífero natural proveniente de Sierra Nevada, y usando la energía de paneles solares como motor energético. Desde 2007 las almendras Chirlata cuentan con el certificado de producción ecológica Kiwa y el sello de Agricultura Ecológica de la Unión Europea.
Cualquier acción, por pequeña que sea, que refuerce este compromiso ecológico, se suma al modelo de producción, como por ejemplo el uso de envases naturales reciclables o la optimización de los envíos en los pedidos online para reducir la contaminación por CO2.
Vive la floración en Chirlata con los cinco sentidos
BLOOM BOOM!